Inclusión lingüística wichi

Despertamos en Nueva Pompeya. Población que aislada y polvorienta cuando no llueve y que se convierte en un gran barrizal cuando cae la lluvia.

Comenzamos la visita en la Misión Nueva Pompeya, donde Julio Zanutini, voluntario marista, nos explica la historia de la Misión. Fue fundada en 1897 por los franciscanos, en el marco de las campañas de conquista de la Presidencia de Julio Argentino Roca, que les facilitó 20.000 hectáreas de terreno, que posteriormente la Misión otorga a la comunidad wichi.

La tierra y el acceso a la misma sigue siendo un problema común entre todos los pueblos indígenas. En Nueva Pompeya se están gestionando 320.000 hectáreas para ser asignadas por los pueblos qom, moqoit y wichi, pero las 20.000 hectáreas son una pequeña gran batalla ganada al acceso a su propia tierra.

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En el marco de la Misión se crea la escuela Francisco Supaz, que con el acompañamiento de los maristas, está siendo gestionada y dirigida por los propios wichi.

Cedemos en esta ocasión la palabra a la viajera Alejandra Delgado, artista boliviana, que nos cuenta la visita y la actividad en la escuela:

“Comenzamos el camino desde la localidad Nueva Pompeya hacia la escuela UEP N°52 Cacique Francisco Supaz Bilingüe Intercultural a las 11 de la mañana en compañía de Gabriel Martínez quien hizo de la caminata un paseo entretenido mostrándonos las diferentes especies de chaguar que se encuentra en esta zona y relatando el proceso de la planta para la producción de diferentes utensilios representativos de la cultura wichi.

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Gabriel es ex alumno de esta escuela y ahora estudia para ser profesor bilingüe y seguir el camino de los que le acogieron en este recinto y que él considera es el más adecuado al incentivar la coexistencia de los dos mundos en los que la comunidad wichi se desarrolla en este momento. Al entrar a la escuela lo primero que se lee en un mural de la pared del pasillo de acceso al patio principal son los valores de esta comunidad, por ejemplo: el respeto a la naturaleza, la escucha a los ancianos, las vivencias comunitarias y la memoria histórica.

Es aquí que la importancia de esta propuesta educativa es vital en la idea de tener en la memoria histórica, colectiva y comunitaria una aliada que permite a los niños y jóvenes wichi aprender tanto de una cultura que los rodea como de la que vive internamente en ellos. En cada salón los niños están atentos a lo que la o el profesor dice en lengua wichi y es que aprender con las palabras que crecieron y escucharon de sus padres y abuelos en los primeros años de su vida crea un lazo tan fuerte como cálido con el que ahora reciben otros conocimientos.

De esta manera no resulta una imposición drástica el hablar como segunda lengua el idioma castellano. A las 12 de la mañana izan la bandera argentina y la Wiphala, la bandera de las naciones indígenas. Apenas puedo ver desde otro salón pero el niño que realiza el izamiento correspondiente está alegre y los demás compañeros lo observan con respeto. Nos reunimos con el profesor David Chuteley que relató que esta escuela fue creciendo poco a poco, como crecen los árboles en esta región, con mucho cuidado y ayuda de varios puntos, por un lado los hermanos maristas, por otro las familias que estuvieron dispuestas a que sus hijos tengan esa experiencia de integración y por último la comunidad, en su mayoría quienes fueron haciendo de este lugar un referente de cómo los habitantes de esta zona pueden conservar y afianzar sus tradiciones orales, artesanales y sociales como fuerte raíz con la que sostenerse en un presente bicéfalo._MG_1166_editado-1

También nos explicó que él impartía cursos de cosmovisión y filosofía indígena de la cultura wichi y dejó muy claro que esto es tan importante como cualquier otra materia del temario que cursan actualmente los más de 300 alumnos de la escuela. Le pregunté al profesor David Chuteley si había entre el alumnado una equivalencia en los alumnos entre el número de hombres y mujeres, respondió que había una cantidad muy parecida en ambos sexos. Esto me hace pensar con entusiasmo que las niñas y jóvenes que hoy estudian aquí serán también mujeres que participarán activamente en el desarrollo de su comunidad desde el puesto que quieran ocupar.

Este encuentro me recuerda que la educación entendida como traslación de conocimientos dentro de un grupo social crea una base sobre la cual cada individuo se desarrolla con las herramientas que le sean más útiles sin relegar sus creencias y devolviendo a su comunidad los frutos de este proceso, creando así un sistema que se regenera a sí mismo según la creencia de los pueblos wichi, qom y guaraní».

Terminamos la visita y retornamos a Castelli. Son casi 5 horas de ruta de tierra, polvo y talco. Uno no puede dejar de pensar en cómo hacen cuando tienen una emergencia, cuando hay que trasladar a algún enfermo al hospital, cuando llueve y los caminos quedan impracticables durante días. Pero también es una sensación especial sentirse en el corazón del Impenetrable, en el corazón del Chaco, rodeados de tunas, quebrachos y algarrobos. Y vuelven a nosotros las palabras del referente qom Juan Carlos Martinez: “El pensamiento para nosotros es circular, lo vamos construyendo en el presente porque el pasado y el futuro no están aquí ahora.”