Madres cuidadoras de la cultura qom

Amanece en Roque Sáenz Peña, y tras los días de viento, frío y lluvia, el sol brilla resplandeciente. Salimos de la ciudad y ponemos rumbo al Chaco más impenetrable. La carretera ya se ve bordeada por una vegetación más propia de las zonas rurales, y sobre todo ya podemos disfrutar de  cielos que tienen un azul intenso que deslumbra.

Llegamos a Pampa del Indio, así llamada porque la región estaba habitada por pueblos indígenas que fueron perseguidos, sobre todo en las  campañas de exterminio promovidas por el dos veces presidente Julio Argentino Roca, que se inician en el Chaco argentino en torno a 1884. Por eso en esta región se encuentran nombres tan políticamente incorrectos como «El Salvaje», «Indio Muerto» o el de la propia ciudad que nos recibe.

En Pampa nos recibe Edgardo Álvarez, técnico del  Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Edgardo, popularmente conocido como Chino, es uno de nuestros anfitriones y es un ejemplo de persona que vive por y para el Chaco. Gran articulador, conoce y refuerza los trabajos de todas las organizaciones sociales que trabajan en Pampa y alrededores. Gran defensor de los derechos de los pueblos indígenas, ofrece el asesoramiento del INTA para apoyar sus reclamaciones y asesorarles en sus gestiones.

Chino nos lleva a una reunión con la asociación de Mujeres Cuidadoras de la Cultura Qom. Mujeres admirables que a través de un trabajo de hormiguitas, han ido convirtiéndose en un referente organizativo y social. Entre sus objetivos más reseñables como organización está la recuperación de su lengua, tradiciones y cultura. Trabajando con los más pequeños, con los ancianos y con las escuelas, buscan preservar su identidad. Han realizado un trabajo de recuperación de topónimos para marcar a lo largo de la Ruta 3 los lugares tradicionales para el pueblo qom.

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Otro de los trabajos que hacen son pequeños juguetes de tela que representan a los animales tradicionales del bosque. Esther, madre cuidadora de la comunidad qom, nos cuenta en su lengua cómo produce los juguetes que realizan para generar ingresos y colaborar con las escuelas de la zona. Artesanías que no sólo buscan acompañar el desarrollo económico de estas mujeres sino también el mantenimiento de una memoria emotiva y lúdica sobre la fauna de la región.

El audio nos lo proporciona Agustina Pérez Rial, que estuvo entrevistando a las Madres en torno a su trabajo sobre la construcción de la cotidianeidad.

Para finalizar la jornada, alejándonos de la ciudad, entramos en las propiedades de Mariano Peñalosa, un indígena campesino y luchador que nos transmitió su historia de resistencia frente a una gran empresa que regaba sus animales y alimentos con el mismo pesticida que usaba para sus plantaciones de cultivos transgénicos.

Peñalosa pertenece a una comunidad qom que desde hace 22 años posee los títulos de tierra de 704 hectáreas, algo que les permitió desarrollar abundante ganado, ricas huertas, y el primer galón de miel hecho por indígenas de la región para la exportación.

Sin embargo, el desarrollo económico y social de su grupo se detuvo en seco cinco años después cuando el dueño de la propiedad de enfrente, de 50.000 hectáreas, comenzó a fumigar sus campos de productos transgénicos, afectando a los de la comunidad.

Sus árboles y hortalizas comenzaron a quemarse, las gallinas y los cerdos empezaron a tener abortos espontáneos y el agua de alrededor dejó de ser potable.

Peñalosa tuvo que hacer varias denuncias y aguantar las burlas de un fiscal que en connivencia con la empresa ignoró sus pedidos de socorro hasta que un recurso de amparo terminó en 2013 con la actividad irregular de la empresa.

Ahora, él y su familia, con el apoyo del INTA, se esfuerzan por recuperar las tierras envenenadas y aumentar su diezmado ganado.

Empieza a anochecer y a refrescar. La sensación es como si en lugar de un día hubieran sido muchos comprimidos en uno. O como si el día no tuviera 24 sino 50 horas. .. Son días de muchas emociones y sensaciones. Conocemos a gente admirable y luchadora que se convierten ya en referentes para nuestro proyecto. El Chaco es esto y mucho más. Y cuando oscurece sus cielos siguen resplandeciendo, en  parte por las estrellas, en parte por una luna llena inmensa que brilla en la oscuridad. Hoy ya no da tiempo para  más…